Dios sí te conoce

¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?

En Salmo 139 encontramos respuestas profundas a estas preguntas que todos nos hacemos.

Dios te conoce completamente. Sabe lo que piensas, lo que sientes y hasta lo que no te deja dormir.

Aunque conoce tus errores, Él no se aleja: te rodea, te cuida, te ama.

Desde el vientre te formó con propósito. Sus pensamientos hacia ti son incontables y buenos.

Dios permanece fiel. Por eso lo llamamos Padre.

Y si Él es nuestro Padre, no podemos vivir con indiferencia. El que ama a Dios aborrece el mal y desea ser transformado.

Este salmo termina con una oración que deberíamos hacer todos:

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón…

y guíame en el camino eterno.”

(Salmo 139:23–24)