Pon tus ojos en Jesús
Los Salmos 140 y 141 son dos oraciones que no se pueden separar. Escritos por David cuando era un joven de unos 18 a 20 años, reflejan un corazón que clama por protección, dirección y corrección.
En el Salmo 140, David pide ser librado de hombres malvados, confiando en que Dios escucha y hace justicia. En el Salmo 141, más que protección externa, busca pureza interior. Le pide a Dios que lo guarde del mal, pero también que lo corrija con amor.
Estos salmos nos enseñan que debemos dejarnos corregir, porque cuando alguien nos confronta con verdad, es para volver a poner nuestros ojos en Dios.
👉 No confíes en ti, confía en Dios.
👉 No pongas tus ojos en tus fuerzas, sino en Su sabiduría y Su consejo.
El orgullo nos lleva a lugares oscuros, pero Jesús nos guía hacia la vida eterna.