El plan y el poder de Dios
Pablo escribe desde la cárcel, y nos recuerda que está ahí por anunciar el evangelio a los gentiles. Quizá tú también te has preguntado: ¿por qué me pasa esto? Pablo nos enseña que, aun en medio de la prueba, Dios tiene un plan más grande.
La entrada a la vida eterna no es una religión, es una persona: Jesucristo. Todos los que hemos puesto nuestra esperanza en Él somos parte de una sola familia, miembros de un mismo cuerpo.
Dios diseñó un plan estratégico para que llegaras a Jesús. Tu compromiso es buscar la verdad, y al hacerlo inevitablemente te encuentras con Cristo, porque nadie puede ir al Padre si no es por Él.
Servir a Dios es pura gracia. La fuerza para hacerlo no proviene de nosotros, sino de Dios mismo. Y entre más lo conocemos, más nos damos cuenta de nuestra pequeñez, porque su gloria revela quién realmente somos. Por eso, nunca te canses de su gracia.
La iglesia es la expresión de la diversidad y de la sabiduría de Dios. Tú eres parte de ese propósito eterno, parte de su plan estratégico: ser iglesia, reflejar a Cristo y vivir para su gloria.