Siempre has estado ahí
¿Qué pasa cuando nuestra vida se siente seca, vacía o sin esperanza?
En Ezequiel 37, Dios le muestra al profeta un valle lleno de huesos secos. Ese cuadro representaba a un pueblo muerto espiritualmente, pero Dios manda a profetizar para que el Espíritu Santo venga, y esos huesos cobren vida.
Hoy sigue siendo igual: el Espíritu Santo es quien trae vida donde hay muerte, libertad donde hay cadenas, y poder donde hay debilidad. Jesús lo prometió como nuestro Consolador (Juan 14:15-18), aquel que permanece siempre con nosotros.
🔥 Lo que el Espíritu Santo hace en nosotros:
Nos ayuda en nuestras debilidades (Romanos 8:26).
Da poder para vencer el pecado (Gálatas 2:20).
Nos enseña y recuerda las promesas de Dios (Juan 14:26).
Nos guía hacia Jesús (Juan 16:13-15).
Nos da identidad como hijos de Dios (Romanos 8:14-16).
Nos da propósito y dones espirituales (1 Corintios 12:7-11).
Produce fruto en nuestra vida (Gálatas 5:22-23).
El Espíritu Santo no se va, pero puede entristecerse cuando lo ignoramos. Si tu corazón se siente seco, recuerda: Él siempre está ahí, como un río constante que da vida y renueva tu fe (Juan 7:37-39).
📌 No importa lo que estés enfrentando, hay esperanza. El Espíritu Santo puede transformar tu vida y llenarte de poder, identidad y propósito.