Una pequeña necedad puede arruinar grandes bendiciones
Eclesiastés 10 nos recuerda que basta una pequeña locura para echar a perder algo valioso, como una mosca muerta que arruina un buen perfume. Así también el pecado trae consecuencias que pueden destruir lo que tanto has construido.
Salomón contrasta al sabio y al necio: el sabio cuida su corazón, sus pasos y sus palabras; el necio habla de más, provoca pleitos y termina en su propia ruina. La mansedumbre, en cambio, apaga grandes ofensas.
Consejos prácticos que encontramos en este capítulo:
El mal que planeas contra otro, terminará alcanzándote.
No juegues con los límites, siempre hay consecuencias.
Todo trabajo tiene riesgos, pero la sabiduría te hace prevenido y diligente.
No dejes para después lo más importante: reconciliarte con Dios.
Las palabras revelan el corazón: las del sabio edifican y dan gracia; las del necio destruyen, dividen y desgastan.
👉 Reflexión: ¿En qué área de tu vida necesitas diligencia y un cambio? No pierdas el tiempo en excusas, quejas o necedades. La vida es muy corta y valiosa. Lo más importante no es cómo empiezas, sino cómo terminas la carrera.
En pocas palabras: Vive con sabiduría. Cuida lo que dices, haces y piensas. Una pequeña necedad puede arruinar grandes bendiciones.